Lo cierto es que las cosas no le iban nada mal, y menos para vivir en un pueblo apartado y no contar con demasiados clientes.
Sin embargo, una mañana se despertó su esposa y vio que Patricio no había ido al trabajo. Extrañada le preguntó si se encontraba bien ya que incluso estando resfriado o con cualquier otro tipo de molestianunca había dejado de acudir a sus obligaciones.
El hombre le explicó que en realidad sí había ido al trabajo, pero que al llegar vio a alguien en el interior y llamó al policía del pueblo. Cuando entraron no había nadie, pero él seguía muy extrañado y prefirió no ir a trabajar por si era algún ladrón que tuviese la intención de volver más adelante.
Al día siguiente fue con una mayor precaución, pero de nuevo volvió a encontrar en el interior de su taller a aquel individuo, el cual al verlo se abalanzó sobre él pero Patricio logró escapar.
Luego acudió la policía y en esta ocasión incluso se acercaron varios vecinos del pueblo para intentar dar alcance al hombre, pero nadie consiguió encontrarlo.
Esto fue ocurriendo durante varias semanas, y al final todos llegaron a pensar que en realidad Patricio había perdido la cabeza y tan sólo veía fantasmas inexistentes.
Sin embargo, el hombre estaba convencido de que no iba a dejar su trabajo por nadie, pero lo que no sabía es que esa iba a ser la última vez que salía de su casa, ya que nunca volvió a regresar.



